
¿Hasta qué punto son actores representando personajes, o son personas representandose a sí mismas?, esa es la pregunta que me surgió cuando terminé de ver la película.
Una película que no se puede describir como lenta, pero que a diferencia de otras a las que quizas estamos acostumbrados, no cuenta con un conflicto central aparte de la "hermandad" que une a los personajes.
Una película que no se puede describir como lenta, pero que a diferencia de otras a las que quizas estamos acostumbrados, no cuenta con un conflicto central aparte de la "hermandad" que une a los personajes.
Se presentan dos personajes centrales, uno compuesto por un Gasalla que ya no sorprende, no porque sus actuaciones sean carentes de algun recurso; si no porque sus papeles e interpretaciones siempre retoman un mismo punto, visión o caracter. El otro personaje es "La Borges", como muchos le dicen; que más allá que resuelve un personaje con mucha determinación, actitud, fuerza y carácter; no deja de ser otra vez ella misma, o lo que siempre representa. Lo cual creo que es el gran problema de la película; aparte de no poder contar una historia central en la que no se desvirtúe lo que va pasando.
Se tomaron dos buenos actores, una idea "general" interesante, se le agregó un poco de "cholulismo" porteño (no es por ofender a nadie, pero así se interpreta); se lo puso en una mezcladora, y se creó esta película. Que divierte, entretiene, y todo el tiempo te mantiene atento a lo que va a pasar o si Mirtha Legrand interrelacionará con ellos; pero que en realidad no sucede nada; sólo hechos cotidianos que siguen sucediendo.
Y así termina, y así comienza.
Lo mejor: El monólogo de Gasalla mientras que interpreta al vocero de Edipo Rey.
Para mi una película ACEPTABLE, pero como siempre digo, esta es mi humilde opinión.
BUENA
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