Encasillar, a estas alturas, las obras de este gran director de festivaleras, es una falta total de respeto. Quien conoce realmente sus obras sabe cual es el verdadero objetivo en cada film de este realizador. Michael Haneke creó obras como La pianista, Funny Games (en su versión austríaca y norteamericana) La cinta blanca, Caché ... etc. Todas ellas realizadas de una manera magistral y un mensaje aveces desgarrador. Filmadas con un realismo nunca visto, cuentan cada una historias diferentes pero con el objetivo de mostrar la miseria humana en momentos de mayor desesperación.
Amour es una película que al suceder los minutos la odias por lo lento de sus tomas. Como si en la edición mandó las escenas en crudo, sin importarle que al espectador eso le incomode. Lo cual es la verdadera esencia de la mayoría de sus película (si no me creen vean los primeros minutos de Caché). Pero realmente lo peor de todo es su final. Totalmente desgarrador. Que a pesar de ver en cámara lenta el andar de un par de ancianos y el devenir de uno de los dos durante 120 minutos, remata con una resolución impensable, lo cual me dejó muy sorprendido y shockeado.
No es una película para todos, aunque debería serlo por lo cruda, realista y sincera que es para con el espectador con temas como el amor en la vejez y el sufrimiento y sacrificio que este conlleva.
Con actuaciones magistrales, buena fotografía y un muy buen guion que nos lleva a la reflexión de cómo y con quién queremos pasar nuestros últimos días.
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