Argo fue desde sus primeras proyecciones la favorita de los Oscar. Lo predijo el reciente fallecido Roger Ebert; que Afleck se llevaría a casa el premio mayor. Sin embargo, un defecto siempre posee. Tras las cámaras es excelente pero encabezando sus filmes como actor, desde mi punto de vista, resta puntos. No es un mal actor pero tampoco uno bueno para lo grandioso que es dirigiendo.
Proyectada nuevamente en 2013 por sus nominaciones y posteriores logros en las entregas, Argo es la película de un patriotismo en su estado más puro. Lo gringos salvan al mundo (o sus traseros) otra vez, con sus despliegues heroicos en una película basada en hechos reales.
Más allá de la movida política de aquellos momentos en los cuales la CIA fue cómplice del derrocamiento de un líder iraní por económicos, y el intento de demonizar y estupidizar al pueblo de ese país, Argo terminó siendo un buen producto cinematográfico.
Obviando lo anterior, Ben Afleck es un buen narrador de historias. Es un director que sin un gran elenco logra coordinar todo a la perfección para tener un buen resultado. La fotografía es espectacular, como si fuese una película de los años setenta. Sabe mantener el suspenso y despertar tensión aún sabiendo que la misma no posee grandes escenas de persecuciones y explosiones.
Creo firmemente que la academia lo tendría más en cuenta para una nominacion a los premios Oscar, si se olvidara de ser parte del elenco y se dedicara exclusivamente a pegar sus nalgas en la silla del director.
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