
Llevar una película solo en el hombro es muy dificil y más cuando se está atrapado.
127 horas estuvo Aron Ralston un montañista, atrapado solo en la nada y sin un caschi que le ladre. De ahí la desesperación, la locura y la resignación a vivir los útimos momentos de su vida entre las piedras.
El creador de ¿Quién quiere ser millonario? apela a otro tipo de aventura y lugar. Ya no está más en la india con niños pobres explotados para filmar, sino con un James Franco que brilla más que nunca en Moab, Utah. Con una dirección, fotografía y edición realmente destacables, este casi unipersonal de James, nos atrapa y hace vivir la misma odisea. Es imposible pensar que en momentos como eso uno pudiese reír, pero es posible, más cuando se ríe de la desgracia y la mala suerte de uno.
No hay mucho por decir, y no porque la película sea mala, todo lo contrario. 127 horas es una expreciencia única e inolvidable para vivir sin conocer mucho los detalles, como me pasó a mi ya que no conocía la historia ni siquiera sabía que en algún momento lo pude haber visto en los noticieros, al ser una noticia que recorrió el mundo.
Se la puede comparar con "Enterrado" estrenada el año pasado nada más que esta carece que flashback y remarca lo mal que se la puede pasar bajo irak; además de que únicamente existe ante la cámara su único actor.
De ahí en más, otra película de Boyle sin zombies a la vista pero filmada con punto de vista documental que atrapa y hace más emocionante la cosa.
6/7: MUY BUENA
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