Es increíble lo que esta película me hizo vivir. Durante sus 90 minutos me sentí como un niño otra vez y a su fin, vino a mi mente el recuerdo de mis viejos juguetes, pero más por los buenos momentos que marcaron mi niñez.
Toy Story 3 es una película que está plasmada por momentos emotivos desde su principio hasta su final. Este nuevo trabajo es una genialidad, es lo mejor de lo mejor de este dueto. Su guión es más original que sus antecesoras, y eso ya es un decir; siendo una trilogía las historias con sus continuaciones tienden a desgastarse y convertirse casi en nada, y pasan sin pena ni gloria. Por ejemplo, Shrek.
Esta Toy Story me llevó directamente a las anteriores aunque no es necesario verlas, se la puede disfrutar lo mismo. Cabe aclarar que existen ciertos momentos en que se ve relacionado pero podrían pasar por alto, debido su guión muy bien consolidado que hace saltar y sobresalir por sobre las anteriores; como si fuese que hubiesen contado otra historia.
Es tierna, dulce, magnífica, divertida, única; es redonda por no dejar hilos sueltos, pero fundamentalmente muy humana. Los personajes están tan bien caracterizados y logrados digitalmente, que todos tienen un papel muy importante en la historia, como también sus momentos graciosos y más emocionantes. Sin embargo, presta unos minutos al suspenso y del bueno, a grandes escenas de acción, al misterio y lo realmente sorprendente, a un par de escenas que dan escalofríos.
La película tiene todo; hasta se atrevieron a llevar la historia hacia el lado de las organizaciones mafiosas y lo loco es que lograron tener a su propio "El Padrino".
Toy Story 3 es totalmente recomendable, para revivir junto a toda la familia, amigos, y sin importar la edad, ya que llega hasta los corazones más duros y jóvenes.
Y su final nos deja un lindo mensaje con el cual no pude dejar de llorar: Todos por siempre y para siempre seremos niños por dentro, pero la vida continúa y hay que seguir adelante.
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