Darren
Aronofsky nos trae su libre interpretación sobre Noé, los suyos y su arca. Todo
con el condimento necesario para hacer que les pique a todo aquel religioso in
extremis hasta salirles hemorroides. El director De Black Swan no escatima en
su imaginación y con recursos a los “El Señor De Los Anillos” y “Gladiador”,
nos entrega su primer filme épico (a mi parecer y recordar) en donde no faltan
los personajes fantásticos que nada tiene que ver con este pasaje de la biblia.
En cuanto a los personajes, Russell Crowe se
aleja del Noé tradicional, para entregarnos a un ser oscuro cuya personalidad y
carácter va mutando hasta los bordes de la locura. Un padre que es capaz de
correr todo tipo de riesgo y decisiones para salvar su familia y cumplir con el
designio de dios. Jennifer Connelly aporta lo que ella sabe hacer con
excelencia: las lágrimas y cara de preocupación constante.
El punto fuerte del filme es el apartado
visual con imágenes muy buenas en el relato de la creación como así en el
momento de la inundación.
El punto débil está en el hecho de pasar del
cine catástrofe al drama, pero es tan bien piloteado que se puede pasar por
alto y disfrutar. Otro es su duración, con quince minutos menos, mejor sería el
resultado.
A pesar de ellos y por más que este relato bíblico
sea considerado de mala suerte en Hollywood, el director nos entrega una buena
libre interpretación de la misma. Noé no se hunde. Es más sale a flote sin ningún
problema.
No hay comentarios:
Publicar un comentario