Muchos menos parecen perdonar que sus 130 minutos estén muy bien sostenidos por un gran guion, un excelente reparto, una increíble banda sonora (compuesta por John Williams), con una destacada fotografía y ambientación.
A pesar de ser un tema ya recurrente en el cine y que todavía llama la atención al espectador, esta visión de la segunda guerra mundial es narrada desde el punto de vista de una verdadera ladrona de vidas.
Es interesante la idea de cómo aquellos alemanes que no estaban de acuerdo con la guerra y menos con el nazismo siguieron de pie, luchando por mantenerse vivos y unidos a pesar de la impotencia y el miedo de expresar lo que realmente pensaban.
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