En esta segunda parte es más la acción y mantiene ritmo a lo largo de sus dos horas. No decae, eso es lo importante, y por más que se la puede ya aglomerar a la "fase 2" también brilla por sí sola como una película independiente. A estas alturas ya no sorprenden los efectos especiales, sabemos que en este tipo de producciones la productora no escatima en gastos.
El elenco más sólido que en su predecesora, se nota una leve química en los protagonistas y más participación de los secundarios, por más rebuscadas que sean las situaciones. La historia es simple pero no así mala y el humor es a la medida Asgardiana. Pero es no deja de lado el que hayan algunos cabo sueltos y miradas sospechosas entre personajes que de seguro serán resueltos en una tercera entrega.
Cabe destacar el hecho de mantener un villano en tres filmes y cada vez reinventarlo sin gastar al mismo. El error es que Thor está pasando a un segundo plano por culpa de su carismático hermano Loki.
Todo parece ir bien para el universo Marvel en esta segunda fase, esperemos que no decaiga.
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