
"Detras de un gran hombre, hay una gran mujer"... según el dicho. En este caso no hay gran hombre, ni gran mujer; sólo un pseudo actor australiano en decadencia con la capacidad de acceder al Duque de York (próximo a ser Rey) para tratarlo por su "tartamudeo".
Presentado este film desde la óptica de un duque con sus problemas, su mujer compañera y un hombre común; nos engolosina con su banda de sonido, su fotografía y el modo en el que se encuentra relatado. Contraponiendo en segundo plano la historia real que se va relatando día a día, con su familia y los hitos mundiales de la época.
Nos involucra desde el principio con un hombre que es mas que un hombre, con un problema que no llega a humanizar totalmente, pero sensibiliza en muchos casos.
La química lograda entre Colin Firth y Geoffrey Rush es un gran hallazgo que nos permite transitar atentamente las casi dos horas de este film.
Interesante, atrapante, emocionante y con una acertada muestra de "humor ingles" que destaca en momentos de tensión.
6/7: MUY BUENA
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